miércoles, 12 de octubre de 2016

Milanovic: Globalización y Desigualdad

Recientemente el economista Branko Milanovic (entrevista aquí; twitter aquí) ha publicado un excelente libro titulado Global Inequality: A new approach for the Age of Globalization donde estudia el impacto de la globablización en la desigualdad a partir de las encuestas de presupuestos familiares de veinte países entre 1988 y 2008. En España el INE proporciona información sobre las encuestas de presupuestos familiares y sobre las encuestas de condiciones de vida; para la UE, la información está accesible en Eurostat; y para los países de la OCDE se puede consultar el Better Life Index. En principio, la globalización ha reducido de forma significativa la desigualdad y la pobreza a nivel global y, al mismo tiempo, ha mejorado el nivel de millones de personas. Piénsese, por ejemplo, en los millones de ciudadanos chinos, indios e incluso, aunque mucho más matizada esta afirmación, africanos que han visto mejorar su situación desde la década de 1980 (más detalles aquí). En este contexto, la pregunta que debe hacerse todo lector es: ¿ha perdido alguien con la globalización? Y la respuesta es sí. ¿Quiénes? Pues básicamente las clases medias y las clases medias-bajas de países avanzados como Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, EE.UU. y por seguir poniendo ejemplos la propia España (datos aquí) y/o el resto de países de la Unión Europea. En otras palabras, en estos países avanzados se ha producido en términos absolutos un estancamiento de la renta per cápita correspondiente a las clases medias que se ha traducido en términos relativos en una disminución de su renta comparada con las que perciben las clases medias-altas y las clases altas de esos propios países. El reciente premio Nobel de Economía 2016, Angus Deaton, es muy claro al respecto: "En los últimos 40 años, la cantidad de pobres se redujo a menos de mil millones. Pero esta reducción que rescató a tanta gente perjudicó a alguna gente en los países ricos".


Este deterioro de las clases medias que demuestra Milanovic, lo explica de forma muy sencilla Luis Garicano. Fijémonos en el gráfico de la derecha. En dicho gráfico se ordena a la población mundial de menores ingresos a mayores ingresos por percentiles.  Al mismo tiempo, se señala el cambio experimentado en los ingresos reales de ese percentil. En este sentido, se puede apreciar que el 2% más pobre del mundo experimentó un aumento de ingresos cercano al 22%. Por su parte, la clase media global -las personas situadas en el punto 50 de la distribución- vieron aumentados sus ingresos alrededor de un 70% en un periodo de 20 años. Las personas alrededor del punto A, que en su mayoría son las nuevas clases medias chinas e indias, han experimentado grandes mejoras económicas en apenas veinte años. En el caso chino, justo desde que abandonaron las políticas de Mao Zedong: entre 1988 y 2008 el PIB per cápita real chino se multiplicó por 5. 

Si nos fijamos en las personas con mayores ingresos del planeta -el 1% más alto (ingresos per cápita superiores a los 4,000 dólares mensuales) y que generalmente se identifican con las personas que habitan en los países occidentales- también han visto mejorada su situación: han experimentado un crecimiento por encima del 60%.

Vayamos ahora con las personas que han perdido con la globalización (punto B del gráfico). El percentil 80 de la distribución global recoge a la denominada clase “media alta global” y estaría conformado sustancialmente por las clases medias y bajas que viven en los países avanzados (Unión Europea, EEUU, Canadá, Australia y Japón, fundamentalmente): algunas profesiones liberales (por ejemplo, abogados, economistas, periodistas y en general todo aquel que haya apostado por carreras humanísticas) en mercados pequeños y/o con mucha competencia, profesores no universitarios, algunos funcionarios públicos, autónomos con un pequeño comercio, obreros industriales cualificados, trabajadores en el sector de la construcción y turismo, etc. Desafortunadamente este amplio grupo social ha visto como su nivel de vida se estancaba o se veía deteriorado. Además ahora tienen que competir con la nueva clase media procedente de los países emergentes. Dicho de otra forma, hoy en día no basta con tener estudios universitarios porque todas las personas de todo el planeta están intentando hacer lo mismo en la medida de sus posibilidades. Hay que hacerlo mejor que los demás.

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